Cristo en casa de Marta y María, 1618 National Gallery, Londres Diego Velázquez |
¿Qué pensamientos sazonas,
ausente,
en tu almirez,
pretendida Marta?
¿Qué preocupación adoba
la plata en escama de tus peces,
sabrosea tu aliño de guindilla,
condimenta de pulcritud tu preparado?
Nada,
ni el señalado aviso de los años,
parece traerte a ello.
¿Eres tú Marta
o se ausenta tu alma, María,
afanado tu quehacer,
macillo y almofariz,
en cotidianos cuidados?
¡Cuántas veces, Marta,
cuántas
te ausentarás soñando ser María!
Y cuántas, cuántas Martas
quisieran tantas veces ser Marías
contamplando al Amado
sin afanes que perecen.