Madonna de Senigallia. 1474 Piero della Francesca |
Serena impronta del volumen, madre,
en una habitación de muros grises,quieta, de pie, el niño en brazos;
tu cuello nos habría sostenido,
lejana, tu mirada
habría bastado para hacernos hermosos.
Dos figuras cerradas como mármoles
de piel dulce y cabello
rizado os escoltan.
Atrás, la luz del sol
por la ventana abierta,
también lleno de luz el velo blanco
que te cubre la frente.
Si pudiera
despojarte del velo,
soltarte los cabellos y jugar
con los bucles. Si una vez
me dieras con tus manos
confitura que acabarás de hacer
-seguramenmte de naranja-,
si levantaras los ojos y me vieras,
si apoyara en tu cuello
mi mejilla.
Si me miraras.