LA POESIA Y LA PINTURA, 1626. Francesco Furini. Galería Palatina, Florencia. "La armonía es más fuerte que la luz"

Descripción de cuadros para Guillermo

AVES CAYENDO AL MAR -Cuadro de Alejandro Obregón- (de Eduardo Cote Lamus)


 La mar no es sólo el mar, es la conciencia
Aves cayendo al mar, 1961
Alejandro Obregón
del mundo, y no son más que movimiento,
llamas en fuga, las redondas olas.
De la nada es su cuerpo aunque esté lleno
de algas, de peces, de naufragios; sueños
a pique, de palabras al azar;
el agua que a la mar se lleva el río
no es culpa de los días, ni siquiera
del hondo caminar de la corriente,
esfuerzo es de los actos como piedras
enterradas sin más y cometidos
por cómplices del hombre y sus riberas.
No tiene el mar color, a sangre abierta
se adentra en el destino navegando
sobre su piel extensa en el tambor
del agua, pero el mar es vegetal
y se puede pintar igual que un árbol,
mas el negro en sus ramas tiene sombra,
es sombra y hace sombra y solamente
el odio y sus despojos y la sombra
vuelta llamas oscuras desplomándose
sin voz, ese camino que se nombra
para apagarlo, igual que los navíos.
El mar es horizonte y se pudiera
con la red de los sueños atraparlo,
con la red de las horas, con las manos
abiertas; se pudiera con los ojos
cerrados y ante todo con la sed
porque la sal del mar es sal sedienta;
se pudiera también vencer con fuego
pero el cuadro que vemos solamente
deja caer las aves en las aguas,
deja caer aviones en la noche,
deja al odio y la guerra entre la sombra
acechando a los peces y a las algas.
De pronto, la luz. La luz. Se incendia el lienzo
(la luz se había regado por el mundo
y nadie se atrevía a recogerla),
la paz y libertad rompen el marco
al desbordarse el mar por esas aves,
por tanto vuelo ahogado y tanto sombra.