LA POESIA Y LA PINTURA, 1626. Francesco Furini. Galería Palatina, Florencia. "La armonía es más fuerte que la luz"

Descripción de cuadros para Guillermo

LA DAME A SA TOILETTE (de Jesús Ferrero)

































      1

Las joyas robaron de tu cuerpo
el dudoso poder germinativo:
la imagen se complica, ya no es
lo que fue; ignora su anterior
simplicidad: se hace laberinto.

Dirán que en tus formas ya no hay vida,
un recuerdo tan sólo de esa vieja
sabiduría gestual: ajedrez
de espejos donde sólo tú te miras:

el momento de palparte el collar
o elegir con cuidado una sortija
son actos que escapan al común

mortal, no escaparon sin embargo
a ese artesano que al pintarte
pintó también tu inteligencia:

esa divinidad tutelar
del lascivo  y el asceta,
esa madre común
de la virtud y el vicio


      Enigmas del lienzo alabado

      2

Si estás mirando al espejo ¿soy
yo, que te miro, acaso tu reflejo?

Y si soy tu reflejo yo ¿es mi faz
la reflejada en el cristal sostenido
por el hombre y la mujer? Entonces
¿tengo yo tu misma cara? ¿O soy
tu mirón travestido? 


      3

¿Y qué encubre esa seda que revela?
¿O es revelar tan sólo su objeto?

¿Mas que revela –di- la redondez
de tu cuerpo o ese cuerpo recamado
por los siete aderezos?

¿Y qué busca la sirvienta en el cajón?

¿Y por qué el pintor ha detenido
tu mirada en un tiempo sin deseo
siendo tu presencia la imagen meridiana
de todos los deseos?:

el cuerpo desnudo que era entero
y la piel que han ido troceando
palmo a palmo collares y pulseras.

¿Por qué la troceas y cuál es el secreto
de esa división? ¿O es tu deseo
evocarme esa noche en la que eras
todo, nada, oscuridad, fragmentos?



      Epílogo

      4

Las gentes que hurgan los museos
me revelan mi orfandad presente.
“El mundo –dicen- era antes mas benigno
y la vida más serena y más vivible”.

Se equivocaban como yo me equivocaba
al querer descifrarte, inútilmente.
No eres lo que pienso, o eres la noción
de dos ansiedades que convergen:

el recuerdo de una antigua oscuridad
y la nostalgia de una integridad perdida:

dos falsas añoranzas –quién lo duda-
como falsa es también la imagen tuya
y por eso verdadera estampa de la vida.