(Ante el cuadro "La siega" de Gonzalo Bilbao)
La siega, 1895 gonzalo Bilbao |
Ni una brisa templada los orea
meciendo leve la reseca espiga.
Del sol, que despiadado los castiga,
el resplandor sobre la mies marea.
Abrasador ambiente los caldea
y sus miembros enerva la fatiga;
pero a luchar el hombre los obliga
y resisten la bárbara pelea.
Y aún queda en algún pecho voz y aliento
para lanzar al aire en la llanura
un cantar que es respiro y que es lamento...
Y quien contempla la brutal tortura,
funde en el haz de un solo sentimiento,
piedad, justicia, comprensión, ternura...