LA POESIA Y LA PINTURA, 1626. Francesco Furini. Galería Palatina, Florencia. "La armonía es más fuerte que la luz"

Descripción de cuadros para Guillermo

LOS REFRANES DE LOS PAÍSES BAJOS (de Jesús Górriz Lerga)








Andaba el señor Bruegel buscando la ocasión
de pintar los proverbios, de poner en canción
las virtudes y vicios de toda su nación
alegando colores, por toda su razón.

Y andaba en sus pinceles, tratando de glosar
cada forma de vida, cada son de cantar,
todo cuanto acontece en el diario pasar:
pesadumbres y gozos del vivir y el soñar.

Resultaba harto fácil encontrar mil motivos,
y plasmar en la tela los hechos redivivos
de todos sus paisanos seriamente cautivos
de sus torpes manías y prejuicios votivos.

Para dar con la escena y con cada figura
bastaba abrir los ojos a la buena ventura,
pasear por las calles, demorar la andadura
y fijar la mirada en cada compostura.

La gente no adoptaba pose fija ni extraña 
andando como andaban gentes de su calaña,
con las mismas argucias y la misma patraña
con que, a diario, solían urdir la misma maña.

Pieter Bruegel el viejo, por tal, clarividente,
posaba allá en la plaza, su mirada indulgente,
y sin casi advertirlo, y casi de repente,
se le mostraban temas de forma sorprendente.

El mundo del revés, la meada a la luna,
morder el mismo hueso de la misma aceituna,
el hablar por dos bocas, la estulticia que aúna,
bailar al son que toca la mísera tontuna…

Al sol que más calienta ponerse cada día,
buscar vanos pretextos en ardiente porfía,
ponerle el cascabel al gato, que sería
un caso extraño y necio de malsana osadía…

Gastar pólvora en salvas, darse de cabezazos
contra cualquier pared y partirse en pedazos,
comentar a dos voces, o ser un calzonazos,
urdir oscuras tramas, tender trampa y lazos…

Que tire cada uno para su lado es cosa
tan natural y propia que resulta hasta honrosa,
solucionando pleitos de una antigua y astrosa
tradición de porfías, indigna y desastrosa…

El pez grande se coma al chico: duelo impuro,
donde hay carroña vuelan los cuervos de seguro,
si un ciego guía a otro, sumidos en lo oscuro,
caerán los dos al hoyo (aunque resulte duro…).

Los vicios capitales: Lujuria y avaricia, 
ira, soberbia, gula, con torpe impudicia,
emulan a la envidia, y la pereza envicia
para dar colofón a su entera estulticia.

El sol sacará todo a relucir, en trance
de poner a la vista cada motivo y lance,
y dejar el desnudo la vergüenza que alcance
a cada cual en punto de mostrar su percance…

Son más de cien refranes los que el pintor señala,
y cada uno refleja lo que la vida avala,
la vida de hoy, de diario, no la que va de gala
y deja que transcurra, bien que tocada de ala…




Los proverbios flamencos, de Pieter Brueghel el Viejo, 1559    
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