una chica de Galveston me da
50$ por la pintura de un hombre
que flota en un cielo ensombrecido
con una chocolatina en la mano.
luego un joven de barba negra
se acerca
y le vendo tres por 80$.
le gustan las pinturas cañeras
en las que escribo
“dispara mierda” o “EL ARTE SUBLIME ES
PURA MIERDA, COMPRA TACOS”.
puedo pintar un cuadro en 5 minutos.
uso acrílicos, pinto directamente con
el tubo.
hago el lado izquierdo del cuadro
primero con la mano izquierda y luego
termino el lado derecho con la
mano derecha.
ahora el hombre de barba negra
vuelve con un amigo con el pelo
de punta y traen una chica
rubia con ellos.
barba negra sigue siendo un pringao:
le vendo un cacho de mierda-
un perro naranja con la palabra
“PERRO” escrita en el costado.
pelo pincho quiere tres cuadros
por los que pido 70$.
no tiene el dinero.
me quedo los cuadros pero
promete enviarme a una
chica llamada Judy
con liguero y tacones altos.
ya le ha hablado de mí:
“un escritor de fama mundial-“, le dijo
y ella dijo, “¡ay, no!” y se subió
el vestido hasta la cabeza.
“eso quiero”, le digo.
luego regateamos las condiciones.
yo quería follármela primero
y la mamada después.
“¿y qué tal la mamada primero y
follar después?”, preguntó.
“eso no funciona”, dije
yo.
y nos pusimos de acuerdo:
Judy se pasaría y
luego
yo le daría a ella los
3 cuadros.
así que fijaos:
vuelta al sistema de trueque,
la única forma de ganarle a la inflación.
no obstante
me gustaría fundar
el Movimiento de Liberación Masculina:
quiero que una mujer me dé a mí 3 de sus
cuadros después de haberle
hecho el amor,
y si no sabe pintar
puede dejarme
unos pendiente de oro
o tal vez un pedazo de oreja
en memoria de alguna que
sí sabía.
Del poemario "El amor es un perro del infierno" , Traducción de Ciro Arbós, Ed: Visor, 2010
Cuadros de Charles Bukowski