El sacrificio del Capitán Desse, 1828 Theodore Gudin |
Emerge la caracola apostolante.
En su interior nebuloso descorazona al barco.
Todo es abatido en serpenteantes blasfemias.
Abierto a la tempestad,
Desse acelera los ojos.
Disuade el laceramiento del agua.
el distinguido sable lo retiene en proa.
Naufragan los compañeros, el turbante
y el aderezo de los mástiles.
Sujeto al bauprés,
el capitán salta al dorso del narval.
Ejercita un tirabuzón,
continúa en mortal y medio.
La espada de la ola recibe la parábola.
El mar abraza al versificado pájaro.
La sombra es despedida,
vira y estalla en la luz de poniente.