LA POESIA Y LA PINTURA, 1626. Francesco Furini. Galería Palatina, Florencia. "La armonía es más fuerte que la luz"

Descripción de cuadros para Guillermo

SATURNO DEVORANDO A UN HIJO –Rubens, Pedro Pablo- (de José Ovejero)


Viejo repugnante que muestras la guadaña
pero matas con los dientes.
Anciano ansioso e implacable.
No me extraña que te identificaran con el tiempo
pues como el tiempo matas
todo lo que nace.
Ya sé, nada habría más cruel
que dejarnos vivir para siempre,
sustituir la incertidumbre por el tedio.
¿Pero era necesaria tanta saña?
¿No hay anestesia para tu mordedura?
Devoras uno por uno a tus hijos,
les hincas los dientes en el pecho
y no pareces sufrir
con su llanto.
En Cartago se inmolaban niños
en tu honor –aunque con otro nombre-
mientras tocaban flautas y tambores
para disimular los gritos.
¿Tú que oyes mientras muerdes? ¿Oyes
la súplica y el lamento,
el último estertor, o sólo escuchas
una voz susurrando que tu hijo
te quitará el trono?
No eres tú
el solo protagonista de la historia.
La víctima exige sus derechos.
Rubens no pinta, como Goya, un mero despojo
que se olvida porque todo lo abarcan
los ojos alucinados del verdugo.
Aquí el llanto del niño,
aquí la carne tierna que se rompe,
aquí la torsión del cuerpo,
aquí la boca abierta y los ojos vueltos
hacia la madre ausente,
            (¿dónde está, se tapa los oídos
            para testimoniar más tarde
            que ella no sabía nada?)
aquí el escándalo de haber nacido
para este horror.

eres solo la carne fofa y la boca ávida,
los cabellos grises y ralos,
tus pies de anciano,
tus arrugas.

Saturno, también a ti el tiempo
te roe
las entrañas.