Apenas
una figura humana
anónima,
embebida
en la amenaza del mar
o en los abismos
de montañas sin límite.
Lo demás es la niebla, las voces de la luna,
el incierto color de la mañana
y del ocaso,
los árboles desnudos.
Lo demás es silencio,
es el adiós, la pérdida.
