O yo no entiendo de pintura niente,
o la pintura que hoy se estila es mala.
No la quiero. Si usted me la regala,
se la devuelvo generosamente.
Pintar es muy difícil; doy fe de ello.
En cambio, despintar lo hace cualquiera.
Hoy hay quien dice “pintaré una pera”,
y le sale la giba de un camello.
Grandes pintores en el mundo ha habido,
y han salvado sus nombres del olvido
pintando, y bien, sin istmos ni locuras.
Los pequeños de hoy, por el contrario,
quieren dejarnos, ya que no pinturas,
voces nuevas para el vocabulario.