Venus dormida o Venus de Dresde Giorgione, 1507-1510 |
La juventud, qué deprisa se pudre...
Y en cambio ha de durar
encerrada en los frágiles colores
más que el oro que paga su desnudo,
mucho más que una espada o que un palacio.
Pero ella no lo sabe, no ve la luz que salva
su cuerpo para siempre, ni las llamas de un sueño
que no se apagará.
Ignora aún que es Venus,
la Venus que los siglos verán enamorados.
Pues hoy es todavía una muchacha
y duerme con caricias
de un hombre que la adora y la quiere inmortal.