Juan de Pareja, 1650 Museo Metropolitano de Arte, Nueva York Diego Velázquez |
Velázquez pinta a su criado en Roma.
El lienzo es un espejo que refleja
a Juan, y Juan, que mira a De Pareja,
no sabe si él es él o el que se asoma
en ese cuadro. Con sus manos toma
un Juan al otro Juan, lo lleva y deja
en un museo y queda la perpleja
concurrencia asombrada con la broma
de Don Diego. Al criado fiel y al fiel
retrato que salió desde el pincel
de su maestro miran. “¡Qué portento!,
¿quién trajo al otro y quién es el traído?”,
dicen. Velázquez hizo a su talento
honor; y De Pareja, a su apellido.