Por la fuerza del genio concebida,
en un delirio de placer creada,
eres la imagen del amor soñada,
que a la ventura celestial convida.
Nada te falta para ser querida;
hermosura, candor, juventud, nada;
¡Ay, quien al mármol del que estás formada
llevar pudiera el fuego de la vida!
Más de una vez, cuando al pasar te veo
del pedestal queriendo desprenderte,
buscando a tu belleza digno empleo,
cautiva entre mis brazos sueño verte;
¡Aberración sublime del deseo,
que va a estrellarse en la materia inerte!