(Pintado por mi amigo el Sr. D. Ignacio Suárez Llanos)
Al verte, ¡oh grave pintura!,
entrar en mis lares hoy
con mi edad y mi figura,
no sé qué vaga tristura
siento al decir: «Así soy.»
Tal vez pienso que mañana,
cuando de mi edad lozana
rastros queden sólo en ti,
dirá mi vejez ufana
a mis hijos: «¡Así fui!»
Tal vez pienso que algún día
(cuando Dios llamarme quiera)
buscará tu compañía
esta dulce esposa mía,
para decir: «¡Así era!»
Tal vez pienso que quizá,
al cabo de muchos años,
nadie te conocerá,
y un extraño a otros extraños
dirá al verte: «¿Quién será?»
Y que, al comprarte, atraído
por lo antiguo de tu traje
o por tu buen colorido, les dirá: «¡Este personaje
no debe haber existido!»