Rondanini Pietà,1564 Miguel Ángel |
Esa desolación, ese vacío,
ese quedarse el alma en un inerte
páramo de silencio que convierte
la luz en luto y el dolor en frío.
Esa orfandad de Madre en el baldío
desierto de tristeza que no vierte
más que una soledad, cumplida muerte
como una desazón en desafío.
Ese desvalimiento es el que muestra
tu cara desolada y aterida
de hielo conturbado, en el momento
en el que Miguel Ángel, con maestra
mano de viejo artista, vio cumplida
su ansia de ver plasmado el sufrimiento.