¿Indica posesión de algún paisaje
el que sirva de fondo a tu retrato?
No, alteza; acaso eso crees tú bajo ese palio
–o sobre tu montura imaginada-
que te ofrecen el roble y el artista
que lo pintó por orden del sentido
de la composición. Nadie posee
lo que no sabe ver. Si das la espalda
a todo un territorio de matices,
¿cómo van a ser tuyas las montañas?
Son del pintor. No siempre. A veces pierde
la vista en recoger –es suya entonces-
tu candidez, tu gracia, que tampoco
será tuya por mucho tiempo, príncipe:
tu altivez borrará tu donosura,
a no ser que la muerte antes lo haga.