Árbol amurallado, 1991 Juan Cárdenas |
Premeditadamente
el primer
pájaro
del amanecer
escogió la rama
más alta
de ese árbol solitario
para que las cuatro paredes,
que lo habían mantenido
encerrado desde su nacimiento,
tuvieran que repetir una
y otra
y otra vez
su canto ensordecedor,
hasta que se les reventaran
los tímpanos.