El mar. La tarde. Niños. Recuerdos de Sorolla.
(Corren las pinceladas del pintor, como el mar.)
El mar que ve a los niños disparatar, se
embrolla
y se cae, se endereza y se pone a jugar.
Las chiquillas son Evas y los niños Adanes,
pero ellos no lo saben. Delira el carmesí.
Y el mar que se atropella rasgando sus olanes
una vez es grotesco y otra vez es sutil.
Niños en la orilla. Sorolla |