Res desollada Rembrandt |
Cómo sabes que me corrompe el aire.
Por qué te enamoraste de mí ahora que cuelgo
y enumeras cada una de mis costillas,
y con detenimiento observas los nudos de mis tendones
como si me hubieras visto alguna vez
pastar entre los campos
¿Acaso te reconoces en mis heridas?
Si esto llegara a ser cierto, hermano mío, entonces
déjame abrirme en carne viva
para mostrarte mi fragante entrada a la muerte.
Termina de una vez por todas, pintor de cara triste,
mira que muy pronto me llamarán pestilente
y me convertiré en la atracción de todas las moscas
de este matadero de Amsterdam.