Autorretrato 1919 |
Autorretrato 1 |
Aquí se instala, entre los astros oxidados, frente al
aro de miel que esconde en su zumbido un
pájaro desangrado en la noche, mito a mito.
La estrella azul ladraba al perro negro.
El pájaro amarillo ladraba a la luna roja.
Sube el viento por la escala sin término y arriba lo
acechaba el ópalo transformado en Julieta, en
acanto, en campana, en más pájaro.
Sube el viento enrollado en las flautas.
El viento no subía por la escala: soplaba sobre el
tiempo, barría el mundo, lo restituía a su origen
de papel blanco, de papel mudo, hostil, amigo.
Y él navegaba por la niñez corsaria, rescatando sus fábulas.
Y así un día y otro día, un seno y otro seno, un
Y así un día y otro día, un seno y otro seno, un
azul y otro círculo, y otro pájaro, y otra estrella y un
silencio.
El corazón, en su pez materno, regresaba al punto
El corazón, en su pez materno, regresaba al punto
cero desde el que desplegar las alas infinitas.