Si este silencio hablara
sus palabras se harían de piedra.
Si esta piedra tuviera movimiento
sería mar.
Si estas olas no fuesen prisioneras
serían piedras
en el observatorio ,
serían hojas
convertidas en llamas circulares
De algún sol en tinieblas
baja la luz que enciende
a este fragmento de un planeta muerto.
Aquí todo lo vivo es extranjero
y toda reverencia profanación
y sacrilegio todo comentario.
Porque el aire es sagrado como la muerte,
como el dios
que veneran los muertos en esta ausencia.
Y la hierba se arraiga y permanece
en la piedra comida por el sol
—centro del tiempo, abismo de los tiempos,
fuego en el que ofrendamos nuestro tiempo.
Tulum se yergue frente al sol
en otro ordenamiento planetario. Es núcleo
del universo que fundó la piedra.
Y circula su sombra por el mar.
La sombra que va y vuelve
hasta mudarse en piedra.