Atardecer en la calle Carl Johan, 1892 Edward Munch |
solícitos, cuidadosos, grandes,
dubitativos,
por fin verdes.
Detrás de ellos estaba la casa,
grande.
Y alrededor de la plaza
estaban las casas,
extrañas con buhardillas y puertas
como destinos.
Había oscuridad en la oscuridad
y una franja blanca
en la calle
por donde andaban las gentes
con los rostros cerrados.
Y no abren
sus puertas-rostros
cuando llamas.