Edvard Munch
Asesino en la alameda, 1919
Oslo, Munch-Museet
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Se ha perpetrado un crimen
hace un momento.
Alguien muere en el camino
confundido con la sombra de ese álamo.
Quienquiera que se acerque,
llega tarde para salvarle;
quienquiera que regrese años después,
lo hará de nuevo con un instante de retraso.
Se está alejando el asesino
y, dentro de un momento, ya no veremos más
a quien tiene su mirada abigarrada
con las piedras del sendero.
Aquel que venga tiene aún tiempo
para ver al homicida;
aquel que vuelva años más tarde
lo hará otra vez con un segundo de adelanto.
Aquí la gente se reúne, y nadie acudirá
más pronto ni después que otros;
aquí, al fin, nos encontramos todos: los de ahora,
los que ya se fueron, los que aún no han venido.