No lo esperaban, 1884-88 Ilya Repin Moscú, Museo Estatal Tretiakov |
El ama no ha podido detenerlo
una mujer salta bruscamente
y un grito ahoga la lección de música
los niños miran sobre el pasado
al hombre que tan poco se sostiene a la luz de jardín;
ni las fisgonas ni las fotografías
sabrán que su capote no es sino otra barba bajo la fiebre terrible
de sus ojos
de sus ojos
qué antigua historia -disfrazada de viaje o de triste noticia- arde
bajo su magra piel
bajo su magra piel
mientras implora algún perdón por sus jirones:
el tiempo mismo no lo sabe
pero ahora un gesto no podría mentir, ni detenerse,
ni siquiera arreglarnos el peinado
el tiempo ha puesto un hombre al centro de la sala
nos ha sonado las monedas
con que pagábamos a otro su recuerdo.