Balthus Thérèse, 1938 |
Parado frente al cuadro, el viejo mira
una sobre la otra, estas piernas desnudas
y este rostro infantil de la experiencia.
Abandonándose en la silla, ella
no muestra ni un indicio de sonrisa.
El hombre siente que, desnudo y rosa,
puede salvarle el interior del muslo.
Algún cuento infantil se está quemando
frente a él, a la izquierda, como un charco
venenoso hacia el cual la niña mira
por no mirarle a él, horrorizado
por la maternidad y la lujuria.
(del poemario "Casa de misericordia". Ed: Visor)