La novena ola, 1850 Ivan Aivazovsky San Petesburgo, Museo Estatal |
(Para mi hijo Guillermo)
¿Has visto qué real es esta escena?
Nos llaman desde el palo de un velero
los pobres náufragos. Asusta, pero
no temas, hijo mío, la novena
ola, que enorme y verde se envenena
contra ellos: está pintado el fiero
mar que a una suerte incierta los condena.
Ten fe, resistirán en el madero;
no se hundirá tampoco nuestro barco,
pues es el firme e insumergible marco
del lienzo en que flotamos. Ven, si subes,
iremos en la nave que nos salva
a salvarles. Pon rumbo hacia esas nubes,
hijo, teñidas de amarillo y malva.