La tarde palidece tras los chopos
despojados del Steen.
Siento que ya la vida se retira
de mis miembros. Algún mueble ha crujido.
En el hogar las brasas titubean.
Pronto será mi corazón un astro
ciego. Mis sabias manos, el poder
de mis ojos, mi cuerpo,
que iluminó el amor alguna vez,
tantos recuerdos, todos va acercándose ya
hacia su desenlace de ceniza.
Pues que os perdió mi vida, danzas de juventud,
fulgor frutal de las muchachas, verde
canción de primavera, que os reconquiste mi arte.
Mañana, con el alba, empezaré
a pintar La kermesse.
La Kermesse Peter Paul Rubens (ha.1630-35) Museo Nacional del Louvre |