Efebo de Marathon Atenas, Museo Arqueológico Nacional |
De bronce es esta música que hurtó su ritmo al tiempo
y surgió, leve, al alba, de una frente amorosa. De bronce, y sobre ella resbalaron los siglos,
titilando en miradas, en abrazos, fugándose.
De bronce es este cuerpo que exaltó en Dios al hombre
y que nos rinde al sueño de una fiesta lejana,
donde fue hermoso alzarse por los aires dorados
y en voz y en puro esfuerzo ser Arcano y Palabra.
De bronce es este efebo más durable que un reino,
más bello que un relámpago sobre las vastas batallas
y acaso un día, a solas, dirá, invisible, al cielo,
que antiguas manos de hombre lo forjaron, amando.
De bronce, acaso, un día, sobre el sueño disperso,
mientras gira el planeta deshabitado, en sombras,
dirá a los astros firmes su desnudez sagrada
que duró más que el hombre su más hermosa imagen.