En las más grandes escenas de Goya nos parece que
vemos
los pueblos del mundo
exactamente en el momento en que
por primera vez alcanzaron el título de
"humanidad sufriente"
Se retuercen en la página
con un verdadera furia
de adversidad
Amontonados
gimiendo con bebés y bayonetas
bajo cielos de cemento
en un paisaje abstracto de palos secos
estatuas dobladas alas de murciélagos y picos
horcas resbalosas
cadáveres y gallos carnívoros
y todos los rugientes monstruos finales
de la
"imaginación del desastre"
son tan sangrientamente reales
es como si todavía existieran realmente
Y existen
Sólo el paisaje ha cambiado
Todavía están alineados en las carreteras
plagadas de legionarios
falsos molinos de viento y gallos dementes
Son la misma gente
sólo que más lejos del hogar
en autopistas de cincuenta carriles
en un continente de concreto
intercalado de blandos anuncios
representando imbéciles ilusiones de felicidad
La escena tiene menos cureñas
pero más ciudadanos inválidos
en automóviles pintados
y llevan placas extrañas
y motores
que devoran Norteamérica