Castaño pelo, depejada frente,
pupilas candorosas y serenas,
la infanta niña en las azules venas
hervir la sangre castellana siente.
Su cabeza un joyel resplandeciente
corona, y penden fúlgidas cadenas
del cuello augusto que mover apenas
gola de encaje genovés consiente.
Bajo el rico brial del gris brocado
palpita un corazón predestinado
a altas empresas y a victorias grandes;
y ennoblecen sus cándidos abriles
los enérgicos rasgos varoniles
que orlados fueron de laurel en Flandes.
pupilas candorosas y serenas,
la infanta niña en las azules venas
hervir la sangre castellana siente.
Su cabeza un joyel resplandeciente
corona, y penden fúlgidas cadenas
del cuello augusto que mover apenas
gola de encaje genovés consiente.
Bajo el rico brial del gris brocado
palpita un corazón predestinado
a altas empresas y a victorias grandes;
y ennoblecen sus cándidos abriles
los enérgicos rasgos varoniles
que orlados fueron de laurel en Flandes.