En la catedral de Segovia
La estatua de San Frutos
Se yergue amenazante. El santo
Sostiene un libro que lee sin descanso:
No da muestras de avanzar en su lectura.
La leyenda dice
Que cuando se decida a pasar la última página
El mundo acabará,
Cesará la cuerda para moros y cristianos.
El escultor fundió el libro en bronce,
A prueba de tifones y de otoños.
El tiempo detenido en la página
Parece una alegoría de lo eterno.
Algunos desdichados se detienen bajo la estatua
Y esperan que los dedos del santo pasen,
De una vez por todas, la última hoja.
San Frutos no da el brazo a torcer
Aunque el invierno cubra su mano
Con el guante blanco de la nieve.
Segovia, donde viven los
restos de
San Juan de la Cruz, septiembre 29. 2008
San Juan de la Cruz, septiembre 29. 2008